lunes, 9 de mayo de 2011

Mitad

Mitad; podría referirme a distintas cosas cuando digo mitad. Podría referirme a la mitad de un trabajo por hacer, a la mitad del camino para llegar a casa ( aunque esto es imposible porque dispongo de un viejo celular de hace tres años), media hora, medio día, mi otra mitad... pero no, realmente me refería a la mitad del ciclo. Puesto que el día de hoy fue mi primera clase despues de parciales.

Llegué decidida, habían pasado tantas cosas desde mi último parcial, las cuales había puesto en su sitio y me sentía, en todo caso, más ordenada y tranquila de alguna u otra manera. Me sentía bien, despues de días, y podía sonreír al resto, confiar y además hablar un poco más. Reí, hablé, dibujé y además, creo haber hallado pequeños indicios de amistad con más personas. Puse en práctica los consejos que K me dio, y ahora podía ver todo de distinta forma. Claramente, aún quedaban ligeros rastros del pasado, estaba en la mitad pero ahora podía mirar al frente, los rostros que se avecinaban y sus pasos hacia mi. Podía querer salir adelante, podía emitir mi propia voz y ser yo.


Creía, al fin, haber hallado el primer espacio con pocas algas en Ancón.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Por enésima vez

Desperté faltando una hora para el tercer primer parcial. Había dormido un poco más de la cuenta; sin embargo, el examen tampoco era muy temprano. Me bañé, me cambié, tomé mi desayuno y me fui. El transcurso del viaje también fue algo tranquilo, al igual que los dos días anteriores donde había salido para dar mis dos primeros parciales. Aún así, ciertas cosas que habían transcurrido, me decían que me preparaban para aquella noticia.

Llegué al aula que me asignaron, ahí me encontré con algunos compañeros. Afortunadamente, entre ellos se encontraba mi gran amiga A, y me reuní con ella y un compañero para recordar algunas cosas antes del examen. Aquellos escasos diez minutos se pasaron bastante rápido; aún así, me pusieron ligeramente de mejor humor. Pasó aproximadamente una hora, me puse de pie, y lo entregué, resuelto, son una pequeña sonrisita que indicaba que creía haberlo hecho todo bien. Salí, intercambié un par de respuestas con mis compañeros que habían terminado también, y me fui con una de mis compañeras.

Sinceramente, no sé de qué parte de mi cerebro se formuló aquella idea que tenía mucha prisa, y desde el fondo de mi corazón ( el cual, ya debe estar bastante resentido conmigo), me arrepiento. En el bus, me atreví a ver la hora, una llamada perdida. Contesté y A se veía algo fastidiada por haberme ido. Sé que le debía unas buenas disculpas por irme tan rápido, sin embargo, me hallaba, aún, bastante confundida con cierta sensación extraña hacia el futuro. Mirando la ventana hablé un poco más con ella y luego me despedí, volviéndome a poner mis audífonos con aquella mirada neutra. Tal vez, aquel apuro, aquel sentimiento de culpabilidad y aquella felicidad que ya se iba esfumando de a pocos, era lo que me preparaba para lo que se vendría.

Escuché mi propia voz cantar por unos instantes, la había grabado en el Mp3 y por momentos me favorecía y otros me sentía avergonzada, por ratos reía ante la reacción de cualquiera si lo escuchaba, y luego me quité los audífonos porque estaba cerca a casa.

Sé que esta clase de cosas me han pasado ya muchas veces, pero esta fue decisiva. A pesar que J y K me habían dicho que no debía adelantarme a los hechos, que debía aguardar, que no debía ser tan curiosa que la curiosidad mataba al gato, que no debía hundirme en un vaso de agua como en ese instante, no podía esperar a una respuesta que me consolara. Ahora estaba frente, una vez más, a la cruda realidad. Solo era ahí una clase de códigos que se esparcían y viajaban por ahí miles de kilómetros, solo eso y no debía luchar más por ahora, solo esperar y avanzar con las armas que tuviera más cerca. Solo aceptarlo y seguir adelante, a pesar que la última mandarina me la había comido y compartido aquella mañana.



Si, así me sentía, me sentía en una inmensa oscuridad sin una guía para salir de aquella soledad aún más profunda que la ilusión al resto de no estarlo, solo era yo la única que podía afrontar eso. Porque veía allá al fondo la luz, sin embargo, alcanzarla era tan poco posible... solo si aprendía a nadar en el profundo mar o a conseguirme un botecillo de los pocos que habían ahí, lo lograría. Eso debía hacer.

domingo, 1 de mayo de 2011

Primero de Mayo

La frase más gloriosa resonó en mis oídos, tras escucharla al otro lado de la puerta del baño: "¡Si, te presto mi Nikon!", sé que la frase no se hallaba muy animada que digamos, pero aún así, fue suficiente para empezar mi día. Fue entonces que no desperdicié más tiempo y cuanto antes, me bañé, saqué mis dos vestidos más bonitos y corrí a aquel espacio vacío de su habitación amarillo verdoso. Tomé la magnífica máquina, y... no sabía cómo poner el temporalizador, por lo que tardé media hora luego de llamar a mi hermana al celular, pero aún así, mi cabello aún no volvía a la normalidad: aquel desastre extra-esponjado.Desgraciadamente las fotos salieron algo borrosas, por ser muy indecisa y quitar el flash, sin embargo, me enamoré de estas... creo que son las mejores fotos que me he sacado en toda mi vida.




Al final, terminé llegando una hora más tarde de la prevista a la casa de K, y me mostró lo que había estado avanzando de sus trabajos. De esa manera, entre carcajadas, videollamadas con F, olor a pintura de vitral y un dolor de estómago horrible causado por tanta risa, ayudé a K en su trabajo; y para ser sincera, fue el mejor fin de mes de todos, con K y F, mencionados anteriormente, como los mejores amigos de la historia.

El vitral de K 

Bonito comienzo para Mayo; la próxima semana: Mis primeros parciales, así que a estudiar.